Lo primero que me gusta dejar claro es que los cuerpos celestes no poseen ninguna actividad de influencia sobre nadie ni nada! La composición atómica del universo realiza una configuración de formas y reacciones que se expresan en la naturaleza y, tambien el hombre, para expresarse de multiplicidad de formas: geométricas, matemáticas, paisajisticas, sonoras, etc.
La inteligencia de la Mente cósmica con su manera produce efectos en todos los niveles fractales de la manifestación física: molecular, biológica, mental o emocional.
Así pues, un planeta no nos dice que impulso hemos de tener sino, el mismo impulso creador se manifiesta en el hombre y en el planeta sincronicamente, o en una célula cualquiera.
En conclusión la astrosofía no se dedica a construir horóscopos futuristas sino a conocer la Mente cósmica.
Entonces, ¿porque es útil el horóscopo para el ser humano? Para saber quienes somos, y como es nuestra distribución psicológica en el tiempo-espacio que vivimos y sacar el máximo provecho de ello, sin ser influenciado por opiniones ajenas en la sociedad.
Un horóscopo no puede ser leido sin el interesado ya que cobra realidad con la entidad que lo encarna.
Algunos dicen ¿podría ser la carta de un perro o un pájaro? Y efectivamente es así, porque todo tiene su cualidad en el tiempo y de una forma fractal se representa. Cada mapa astral puede ser encarnado por muchos individuos(caso de los gemelos), muchos podemos llevar el mismo traje vibracional pero la forma de combinarlo puede ser distinta y a los ojos de un tercero puede presentarse las diferencias aparentes, pero en el interior ambos lo viven igual.
El estudio de un mapa astrológico no es simplemmente leer el futuro de alguien, se trata más bien de conocerse a si mísmo y en el caso de terapia entrar en la psique de un paciente para entenderle mejor.
Se conoce el proceso psiquico de la persona con sus contradiciones, potenciales y recursos. Obviamente el carácter se traduce en destino. En esta figura se presenta una multiplicidad de cualidades que conviven en nuestro interior dispuestas a ser vividas.
Ejemplo: nuestro Sol, Luna y Saturno son los pilares de la personalidad y el ascendente la puerta o portada de la misma. Venus, Mercurio, Júpiter y Marte son herramientas de apoyo para el ego. Y Urano, Neptuno y Plutón son motores para el desarrollo del individuo.